El desarrollo estabilizador fue una política económica aplicada en México entre 1954 y 1970, con el propósito de lograr un crecimiento económico sostenido sin sacrificar la estabilidad de precios. Esta estrategia buscaba impulsar la industrialización, mejorar la infraestructura y mantener un control de la inflación, para así garantizar un desarrollo equilibrado.
A pesar de los objetivos que perseguía, sus efectos no fueron unilaterales; mientras que por un lado promovió el crecimiento y la modernización del país, también generó desafíos y limitaciones que impactaron a largo plazo. Analizar sus ventajas y desventajas nos permitirá comprender mejor sus efectos en el contexto mexicano.
Ventajas del desarrollo estabilizador
Crecimiento económico sostenido
Durante el período del desarrollo estabilizador, México experimentó un crecimiento económico sostenido, con tasas anuales promedio del 6%. Este crecimiento constante permitió mejorar las condiciones económicas de diversas industrias, favoreciendo la inversión y aumentando la capacidad productiva del país.
La estabilidad económica ofrecida alentó a los inversionistas nacionales y extranjeros a establecer empresas, generando empleos y mejorando el PIB nacional.
Baja inflación y control de precios
Una de las principales ventajas del desarrollo estabilizador fue el control de la inflación, que permitió mantener el poder adquisitivo de la población. Al lograr una baja inflación, se evitó la erosión de los salarios y se pudo garantizar una mayor estabilidad en los precios de productos básicos, permitiendo que la clase media y baja tuvieran acceso a más bienes y servicios sin grandes fluctuaciones en su costo.
Fortalecimiento de la industria nacional
El desarrollo estabilizador impulsó la industrialización de México mediante políticas de sustitución de importaciones, lo que incentivó a las empresas nacionales a producir bienes que antes se importaban.
Esto permitió el crecimiento de la industria manufacturera y la consolidación de sectores como el automotriz y el textil, generando miles de empleos y reduciendo la dependencia económica de productos extranjeros, fortaleciendo el mercado interno.
Creación de infraestructura y servicios públicos
Para soportar el crecimiento económico, se realizaron inversiones importantes en infraestructura: se construyeron carreteras, plantas eléctricas, sistemas de agua potable y servicios básicos, lo cual contribuyó a mejorar la calidad de vida de la población.
Estas obras también fomentaron la conectividad entre regiones, facilitando el transporte de bienes y personas, y estableciendo las bases para un desarrollo más equitativo en diferentes zonas del país.
Desarrollo de una clase media en expansión
Gracias al crecimiento económico sostenido y la estabilidad en los precios, se logró ampliar la clase media, lo que generó un mayor consumo y fortaleció el mercado interno.
La estabilidad económica permitió que muchas familias accedieran a educación, vivienda y otros bienes de consumo que antes eran inaccesibles, promoviendo un estilo de vida más acomodado y con mayores oportunidades para la movilidad social.
Reducción de la dependencia económica externa
Con la política de sustitución de importaciones y la industrialización impulsada, México redujo su dependencia económica de otros países, especialmente de Estados Unidos. Esto le permitió consolidarse como un país más autónomo en términos productivos, promoviendo la autosuficiencia en varios sectores.
Al depender menos de las importaciones, la economía mexicana adquirió mayor resistencia ante fluctuaciones externas y se posicionó como un mercado competitivo.
Desventajas del desarrollo estabilizador
Concentración de la riqueza y aumento de la desigualdad social
A pesar del crecimiento económico, la distribución de la riqueza no fue equitativa; los beneficios se concentraron principalmente en la élite industrial y empresarial, mientras que una gran parte de la población rural y urbana permaneció en condiciones de pobreza.
Las políticas de desarrollo favorecieron a las grandes empresas y a ciertos sectores económicos, dejando rezagadas a las comunidades rurales y marginando a quienes no estaban integrados en la economía formal, perpetuando así la desigualdad en el país.
Dependencia de la inversión extranjera y del sector privado
Aunque el desarrollo estabilizador promovió la inversión extranjera y el crecimiento industrial, también generó una dependencia en sectores estratégicos. Para mantener la estabilidad y el crecimiento, el gobierno incentivó la inversión privada y extranjera en industrias clave, lo que a largo plazo significó una pérdida de control sobre sectores fundamentales para la economía.
Esto hizo que México se volviera vulnerable a los intereses extranjeros y a las fluctuaciones económicas internacionales.
Endeudamiento del Estado
Para financiar el crecimiento y las inversiones en infraestructura, el gobierno recurrió a un endeudamiento significativo. Aunque esta deuda ayudó a mantener el ritmo de crecimiento y a financiar proyectos de desarrollo, también generó una presión sobre las finanzas públicas.
Con el tiempo, el pago de esta deuda se volvió insostenible, debilitando la capacidad del Estado para sostener el desarrollo estabilizador sin incurrir en riesgos financieros graves que se hicieron evidentes en las décadas siguientes.
Falta de desarrollo en el sector rural
La política del desarrollo estabilizador se enfocó en la industrialización y urbanización, lo que llevó al abandono del sector agrícola y rural. La falta de apoyo e inversión en el campo dejó a miles de campesinos en condiciones de pobreza y sin oportunidades de desarrollo.
Esto provocó una migración masiva hacia las ciudades, donde la demanda de empleos superaba la oferta, creando cinturones de pobreza urbana y limitando el desarrollo agrícola, un sector esencial para la autosuficiencia alimentaria de México.
Crecimiento económico dependiente del gasto público
El desarrollo estabilizador fue exitoso en gran medida gracias al gasto público, pero esta dependencia implicaba que, al disminuir los recursos públicos, el crecimiento se vería afectado. Al no incentivar suficientemente la participación del sector privado nacional en áreas clave, el crecimiento se volvió insostenible sin el respaldo estatal.
Esta dependencia creó una economía vulnerable y limitada en su capacidad de autosuficiencia, que no logró sostener el crecimiento de manera equilibrada.
Limitaciones en la innovación y diversificación económica
El enfoque en la sustitución de importaciones y la protección de la industria nacional hizo que muchas empresas no buscaran mejorar su competitividad ni innovar. Sin la presión de competir con empresas extranjeras, el sector industrial se volvió menos eficiente y tecnológicamente atrasado.
Esta falta de innovación y competitividad, junto con una economía poco diversificada, impidió que México desarrollara una industria exportadora competitiva en el ámbito internacional, lo que limitó su potencial de crecimiento en el largo plazo.
Un modelo de desarrollo que dejó lecciones
Como podemos ver, el desarrollo estabilizador fue una estrategia que impulsó el crecimiento económico y la estabilidad, pero sus efectos no llegaron a todos por igual y terminaron generando nuevas dificultades.
Si bien sentó las bases para una economía más industrializada, también mostró los riesgos de depender de políticas estatales sin un desarrollo inclusivo y sostenible. ¿Podría haber existido un modelo alternativo que equilibrara mejor el crecimiento y la equidad social?